Los científicos del Instituto de Neurociencia del Monte, de la Universidad de Rochester, en Estados Unidos, realizaron un experimento en el que comprobaron que ningún ser humano está exento a padecer ansiedad, aunque cada uno lo toma de manera distinta.

Durante la pandemia del coronavirus creció otra pandemia silenciosa: la de la salud mental. Personas de todo el mundo y de distintas edades, aumentaron sus síntomas de depresión y ansiedad.

En el caso de la ansiedad tiene efectos en todo el cuerpo que traspasa los límites de la salud mental. Se manifiesta en el cuerpo y también en el cerebro, donde la tecnología ya es capaz de mostrar su impacto.

Para verificar la aparición de la ansiedad en el cerebro, los científicos del Instituto de Neurociencia del Monte crearon un experimento. Este consistió en que un grupo de personas, a través de realidad virtual, asemejaron la colección de flores con el extra de que algunas tenían abejas que podían picar a las personas, quienes recibieron una pequeña descarga eléctrica.

Estas personas empezaron a sentir estrés por esa descarga eléctrica, ya que desconocían si la flor estaba libre de peligro o les iba a picar una abeja con los toques. Con esto, los científicos lograron ver cómo se refleja la ansiedad en el cerebro.

La gente que padecía de ansiedad tuvieron mucha dificultad en controlarla, así como otros efectos como falta de aire, sudoración, dolor en el pecho, hormigueo en la piel, mareos, entre otras cosas más.

En el caso de todos los participantes se descubrió que todos sufrieron estrés en diferentes niveles, por lo que la ansiedad es un padecimiento del que nadie está exento, pero que también ayuda como protección y ayuda para sobrevivir.

En Centro Misión Esperanza estamos listos para apoyarte a ti o a ese ser querido que necesita ayuda.